Esta cosa mía

jueves, junio 16, 2005

Mira nomas lo que me encontre...

Te extraño, no lo creo y aunque tu tampoco. Te extraño... te imagino
semivestida, con tu espalda ante mi. La beso, despacio. Desde el
cuello, mientras el extremo de mis manos curiosas, mis dedos juegan
cosquilleando tu vientre, tus costados...
Te giras y me besas, te abrazo y acaricio la algarabía de tu cabello
rojizo caoba... "déjate querer" y la cama te recibe ansiosa mientras
yo voy deslizando mis labios por tu cuello, haciendo figuras con mi
lengua, me abro camino entre tus senos mientras mis manos se pierden
en caricias desde tu costado hasta tus muslos, me detengo a deleitarme
en su solemne letargo. Despierto tus pezones con un tímido y profundo
beso, te sé, te saboreo y mi lengua de nuevo, se pierde en el oscuro y
suave culminar de tus senos. Bajo despacio besando tus costillas hasta
tu ombligo, que solo recibe un roce. Ahora siento tu tibia humedad...
sobre la suavidad de la escasa tela que aun te envuelve... tibia. Lo
reconozco y sonrío... me excita saberte excitada.
Ahora mis manos y mis dientes se disputan lo que queda de tu ropa, que
no quiere irse. Quisiera quedarse entre tu humedad y mi deseo, pero
despacio baja hasta permitirme verte toda, completa y entonces huelo
de lleno ese aroma, único, a ti. Penetrante, atrayente. ¡Tengo que
abrir los ojos!... si los tengo abiertos y con todos mis sentidos te
contemplo, te saboreo aún en la corta distancia que ahora queda
saboreo esa líquida tibieza. Eres tú, ante mí; hablaría sucio,
recitaría a Sabines, Neruda o uno de esos pero nada más se me ocurre
una pendejada (para variar)
-¡Chingado! Qué hermosa eres…
Me gustan tus muslos y tus rodillas, los beso y despacio subo de
nuevo, voy llegando a tu entrepierna y ya te escucho agitada. Tus
labios me esperan ansiosos y tu tímido clítoris apenas se asoma, lo
beso suavemente y te siento temblar de nuevo...
-tranquila...
No se si te lo digo a ti o me lo digo a mi misma en un afán de frenar
mis ganas de comerte toda de un solo jalón...

Mi lengua abre la entrada de tus entrañas, esto es un mar ardiendo en
tonalidades rosas, lila, morado y entonces casi... casi...
Estas ansiosa, y yo tremendamente excitada. Ahora toca a mis dedos la
oportunidad, dentro de ti, buscando el inicio o el fin, se arquea tu
espalda y tu agitación aumenta...
Hechas nudo bailamos un vals antiguo como el tiempo, lo reinventamos
en cada espasmo y cada contorsión nos acerca más: somos una
respiración, un solo abrazo, un solo mar de dulce sal; ambas,
generando súbitos orgasmos ansiosos, predispuestos e imprevistos…

Ahora somos un solo letargo… Me encanta esa sonrisa tuya, la que no
encontraría en tus tardes de trabajo, ni en otro momento ni en otro
lugar distinto a este. Esa mezcla de mi valemadrismo con tu pasión,
con tu experiencia.
Beso tu frente, me pierdo en tus ojos como si nunca los hubiera visto
y sonrío, como si el mundo empezara en ese instante, como si naciera
del nudo que todavía somos.

Me recuesto sobre tu pecho y el redoble de tu corazón va cediendo…
-Y cierra tus ojos entonces, para que yo duerma…
-Neruda –dices sonriendo y yo al saberme descubierta, te cuento otro
secreto del poeta:
"No te amo como si fueras rosa de sal, topacio
o flecha de claveles que propagan el fuego:
te amo como se aman ciertas cosas oscuras,
secretamente, entre la sombra y el alma.
Te amo como la planta que no florece y lleva
dentro de sí, escondida, la luz de aquellas flores,
y gracias a tu amor vive oscuro en mi cuerpo
el apretado aroma que ascendió de la tierra.
Te amo sin saber cómo, ni cuándo, ni de dónde,
te amo directamente sin problemas ni orgullo:
así te amo porque no sé amar de otra manera,
sino así de este modo en que no soy ni eres,
tan cerca que tu mano sobre mi pecho es mía,
tan cerca que se cierran tus ojos con mi sueño."


Paulatinamente, vas cediendo al sueño, mientras yo despierto... en mi
cama. Sola...

Posted by Sirienta :: 2:10 p.m. :: 0 comments

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